Y yo puedo hacer las cosas mas absurdas. Puedo falsificar expedientes, robar pulmones, contratar travestis, puedo hacer de todo pero me tiemblan las piernas para invitar a un café al chico que me gusta. Porque el día que lo haga y me diga que no, yo no podré seguir enamorada.
Y ahora me doy cuenta de que solo necesitaba una canción de tres minutos y medio para decirlo, solo tres minutos y medio y me sobraría el estribillo.
Bonita entrada, me gusta tu blog. Te sigo^^
ResponderEliminarPásate cuando quieras por el mio,
xoxo- A
http://nubesd.blogspot.com.es/
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarqué monada de imagen!! :)
ResponderEliminarLO que has escrito, nos sucede a todos. Las canciones, algunas, dicen cosas que no nos atrevemos a decir, pero al final...no sirven mucho. Sobra el estribillo.
ResponderEliminarMuy bueno tu escrito-
Te invito a mi casa
Un abrazo,
Luis Carlos
Que gusta mucho esa canción!Besos!
ResponderEliminarEso nos pasa a todos los enamorados, no tenemos el valor de decirselo a esa persona.
ResponderEliminarBESOS Y GRACIAS POR TU COMENTARIO :)